Mis amigos y compañeros de viaje, que son parte de mi gran familia VHL, han querido llamarlas "las pulseras de la esperanza". Gracias a
Sandra, de Barcelona, que es familiar de afectados y que ha tenido la genial idea de proponer este complemento de moda, tan vistoso y tan veraniego. Gracias a
Carlos Casal, nuestro diseñador exclusivo, voluntario y esposo de afectada. A él también le debemos los carteles tan bien elaborados de todas las actividades que vamos realizando.
Las pulseras están siendo todo un éxito. Las 1.000 primeras se vendieron en menos de una semana, y a finales de la próxima semana recibiremos el siguiente pedido, del cual ya se han comprometido más de la mitad.
¿Quieres tener tú la tuya? sólo cuestan 1,5 euros, que destinaremos a la financiación de proyectos de investigación. Más información pinchando
aquí.
¡Queremos encontrar una cura!